20 DOMINGO 28 DE FEBRERO DE 2010 • el Día de Córdoba

Córdoba

Hisae Yanase. Artista.

«Los cordobeses chillan, lloran y gritan, lo sacan todo al exterior»

La ceramista, tras 40 años en Córdoba, asegura sentirse una artista de la ciudad. «La gente quiere tocar el barro porque quiere tocar la naturaleza; le encanta lo primitivo, lo natural», afirma

Autor de  la entrevista: Fernando González Viñas

Hísae Yanase recibe con una sonrisa y ropa sin estridencias, al más puro estilo zen. En diferentes espacios de su maravillosa casa en el barrio de San Agustín, reparte café y un bizcocho preparado por su marido, Antonio, también artista. La ceramista contesta a las preguntas mitad entre risas, mitad entre carcajadas. Con Hisae, el vuelo de una mosca puede ser un asunto muy divertido. Su especial acento, su tendencia a suprimir los artículos determinados, además de la imposibilidad de colocar las erres y las eles en el lugar adecuado, convierten la conversación en una tarde de circo de los tiempos en los que aún salían animales.

¿Qué es ser japonés en esencia?

La esencia es ser sonriente. Aquí en occidente la gente no suele sonreír. Incluso si lo haces algunos piensan que les estás tomando el pelo. Sin embargo, para los japoneses la sonrisa es una cosa de educación básica. Con problemas o no, siempre debemos estar sonrientes. La sonrisa es educativa. No es una máscara, pero es una sonrisa congelada en nuestra cara. Una parte de la educación que he recibido es que no tienes que molestar a la gente y tienes que dar una imagen agradable. Aunque por dentro estés llorando no debes mostrarlo para no molestar a los demás. Debemos mostrarnos sonrientes.

¿Y qué es ser cordobés?

Aquí se chilla, se llora y se grita. Saca todo tu interior al exterior. Todo es excesivo. Excesivo y contrario a lo japonés.

¿Cuantos años lleva en España?

Cerca de 40. No puedo disimularlos, aunque me gustaría quitarme unos pocos.

¿Qué porcentaje de japonesa le queda?.¿Le queda la sonrisa?

Creo que la estoy perdiendo. (carcajadas enormes). Se me está pegando la parte mala de los españoles, los gritos. He perdido la parte diplomática y amable.

¿De qué parte de Japón es?

Soy de Tokio. Vivía en un barrio popular y teníamos muchas costumbres típicas. Había cosas muy bonitas, de procesiones de barrio, de fiesta de estrellas; y me acuerdo de un incendio. Había en mi barrio un almacén de bambú y un día se quemó todo: parecía como fuegos artificiales cuando explotaban los nudos del bambú; sentí en parte miedo y en parte curiosidad, era un incendio muy bello, espectacular. Además, en este barrio popular había mucha solidaridad entre los vecinos. Como nací

después de guerra mundial, había muy poca comida y la gente estaba pasando hambre. Si hacía una comida algo especial, mi madre me daba que la llevara a las vecinas del barrio. Lo que tenía tu familia lo compartía con los demás y ellos hacían lo mismo. Todo se compartía. Eso es muy bonito.

¿Cómo fue su viaje hasta España?

Vine en 1968. Pasé por París después del mayo francés, en julio. Salí en barco desde Niigata y había un tifón. El barco se movía mucho. Organizaron una fiesta de noche, con orquesta, pero todo el mundo estuvo vomitando. Nadie fue. Cuando vi las. luces de la costa rusa grité, ¡ay, esto es tierra!. Allí cogí el transiberiano y atravesé Rusia, Polonia, Alemania y Francia. Era verano pero en Rusia, en el Este, en Siberia, ¡qué

frío¡ Y cuanta miseria. Paré en casa de una amiga en París. así que tardé 15 días en llegar a Córdoba. Fue una buena aventura.

Supongo que en la España de los 60, cuando llegaste aquí la gente te diría ¿esta chinita dónde va?

Verdad, verdad. Llegué además en agosto y pensé: ¿esto es España o es África? Ahora ha cambiado mucho; hay más verde en la avenida de la Victoria, antes era un desierto, había un par de palmeras y mucho polvo. Pero también cuando vi la campiña, todo terroso, pensé esto es precioso; el atardecer y el amanecer y todo  eso y los contrastes tan grandes.

Y además, para usted, que trabaja con el barro

SI, por eso. Pero yo todavía no trabajaba con cerámica. Pero me impresionó mucho el paisaje de la campiña

.

Fue a las vacas de. EI Viso.

Sí, porque vi por la tele los Sanfermines y dije esto de El Viso se parece. Yo me voy a correr. No me atrevía delante pero sí detrás de las vacas. Empecé a correr detrás de la vaca y de pronto la vaca cambió de dirección y corrió hacia mí y tuve que correr para atrás y toda la gente que estaba allí me animó diciendo «!chinita corre, corre!» (carcajadas). Parecía un dibujo animado, la gente estaba disfrutando con la chinita que corre.

Los japoneses son sintoísta, budista, ateos … todo a la vez?

Sí, exactamente. Somos todo a la vez. Mi padre era hijo de un sacerdote sintoísta. Su padre tenía un templo. A él le tocaba ser sacerdote pero no quiso continuar y se vino de Saitama a Tokio y allí, después de la guerra, vinieron bastantes jesuitas para la reconstrucción de mi país. En mi barrio había una iglesia y mi padre hizo amistad con uno de los jesuitas y a punto estuvo de bautizarme porque este hombre era una excelente persona. Pero se fue y vino otro y no le gustó tanto. AI final mi padre se ha convertido al budismo. Es un ejemplo de lo que somos los japoneses. En Japón hay muchos templos que están juntos, con un espacio sintoísta junto a otro budista. Como aquí en el Medievo, cuando vivían juntos musulmanes, cristianos y judíos.

El sintoísmo tiene a las fuerzas de la naturaleza como algo sagrado. Un monte y una piedra pueden serlo. ¿Tiene su cerámica alguna herencia sintoísta?

El sintoísmo es una costumbre muy antigua. Es muy popular y nos está educando de una manera. Cuando me doy cuenta de las raíces de algunas cosas compruebo que tienen que ver con el sintoísmo. El sintoísmo está muy arraigado en nuestras vidas. El

budismo vino después.

Da clase de cerámica. Les enseña a la gente a trabajar con el origen, con la tierra.

Cuando estás enseñando no piensas estas cosas. Pero hay de las dos partes. La gente quiere tocar el barro para tocar la naturaleza. Estamos hablando el mismo lenguaje, les encanta lo primitivo, lo natural, lo más austero. Como la sociedad avanza rápido, la gente siente vértigo y necesita seguridad. Cuando tocan la tierra, tocan algo firme y esto tranquiliza. No es algo solamente japonés, es algo universal.

¿Ve la tele?

Muy poco. Los documentales de animales de la 2 después de comer, para dormir.

¿Sabe quién es Belén Esteban?

Sí, una chica fea. Pero tiene mérito, parece princesa de algo, del pueblo, como Lady Di. Sí, muy tonta pero quizá está actuando. Ella sabe perfectamente utilizar los medios de comunicación, debe tener cabeza, pero actúa.

Aquí a los alcaldes corruptos se les aplaude a las puertas de comisaría, en Japón solían hacerse el seppuku o harakiri. ¿Somos tan distintos?

En Japón estamos también llegando a eso. Antes, los japoneses querían guardar su honor, se conservaba el ideal moral de los samuráis. Hace poco un político japonés corrupto volvió a salir elegido y yo digo ¿cómo es posible? Es peligroso. La corrupción

es contagiosa.

¿He oído que una vez fue hippy en Ibiza?

Sí, pero hippy artificial. Hippy turística. Hippy de una semana. Subí a una lancha para hacer esquí acuático y como yo hacía esquí sobre nieve creía que iba a ser algo parecido pero nada, no salió bien y como todos íbamos desnudos golpeé con toda la

panza desnuda en el agua y entonces dije: yo ya no quiero ser más hippy. Duele ser hippy. Además paras ser hippy se necesita tener mucho dinero.

He aquí una lista de escritores japoneses: Mishima, Kawabata, Osamu Dazai todos suicidados. Recomiéndeme un escritor japonés.

¿Suicidado?

Bueno, planteémoslo de otro modo: ¿me suicidaré después de leer a un escritor japonés?

Bueno, yo creo que lo de Haruki Murakami -autor entre otros de novelas de éxito como Tokyo Blues y Kafka en la orilla- tiene mala pinta. Pero toda la gente que se suicida son hijos de samuráis. Tienen mucho espíritu noble y no pueden aguantar la sociedad

corrupta actual: Por eso yo les respeto mucho, aunque se suiciden, son gente que conservan el alma más limpia.

¿Recomiéndeme uno español que no se suicide?

Bueno aquí no se suicidan, aquí los matan. Como en la Guerra Civil con Federico García Lorca. En Japón no ha habido esta tragedia de guerra civil.

Según el sentido japonés de la vida y la muerte, esta última es algo que se ve tan natural como plantar una lechuga.

Sí, eso viene de la filosofía antigua, confuciana y budista. La vida no es eterna, estamos ahora aquí, pero el futuro …

¿Conserva esa idea oriental de la muerte o la cosa cristiana, esos Cristos ensangrentados de nuestra Semana Santa le han afectado de algún modo?

Aunque llevo mucho tiempo en España, me da miedo el Cristo chorreando sangre. Pero hay muchas leyendas japonesas de fantasmas. Pero no tienen sangre. Tengo el miedo a la sangre. La primera vez que vi la Semana Santa me asusté. En Sevilla hay una casa de piratas ...

¿La casa de Pilatos?

Sí, eso. Fui a ver la colección de azulejos que tienen y entré en una habitación que tenía un Cristo con pelo natural y estuve a punto de gritar, fue una impresión muy fuerte.

¿Cuál es la palabra española que más le gusta?

«!Venga, venga!» [carcajadas].

¿Y la japonesa que más le gusta?

Me gusta mucho «sappari». Significa algo que no tiene sabor fuerte, no tiene grasa, neutro, soso. También se dice de una persona. Sería una persona generosa, no rencorosa.. . en comida el sushi sería sappari, no tiene grasa; el pescado crudo igual, tiene un sabor sutil; el tofu es sappari.

¿Entre jamón y potaje, qué elige?

Es diferente. No puedo decidir. El potaje está riquísimo, el jamón también. Yo guiso el cocido. Es la comida más inteligente de España. Puedes congelarlo, hacer croquetas,

convertirlo en otra cosa… Una comida muy inteligente.

¿Sigue desayunando arroz blanco?

Ya no, no tengo tiempo. Desayuno infusión, zumo de naranja, pan integral con jamón de york y ya me estoy acostumbrando al aceite. El aceite en Japón es parala cosmética.

¿Qué le dijo su madre cuando le anunció que se venía a España y qué dice ahora?

Me dijo «tu decisión es libre y debes tomar la responsabilidad». Pero en un momento lo pasé fatal y me ayudó.

¿Y cuando vuelve con Antonio, un ‘gaijin’ o extranjero de nariz larga?

Antonio es como su hijo. Siempre le dice a Antonio «por favor cuida a mi hija porque es un desastre». Soy muy despistada.

Tiene una perra y dos gatos.

Siempre he tenido animales. Aprendemos mucho de ellos. Es como vivir con otra persona. Como no tenemos hijos se tiende al egoísmo pero con los animales piensas en otros seres, por eso aprendemos mucho a través de ellos.

¿Su peor momento en España?

La muerte, de varias personas que se muere, los más queridos. Despedir a la gente que quiero es muy duro …

¿Cuándo dijo por primera vez, los españoles están locos?

Eso desde el principio. Recién llegada a España cogí un taxi y chocó con otro coche y paró y el taxista salió a discutir con el otro y dejó el taximetro funcionando y yo me preguntaba no puede ser que yo tengo que pagar esto, si nada tengo que ver con la pelea. Este país es de locos.

¿Y qué le sigue pareciendo de locos en los japoneses?

Todo el mundo está durmiendo en el metro … será falta de vitaminas no sé.

¿Duerme siesta?

No puedo porque me descontrolo. Lo mismo no me despierto hasta las la de la noche. Antonio con un cuarto de hora está como nuevo. Yo es que no puedo controlar la siesta.

¿Cuales son sus influencias artísticas?. ¿Son japonesas?

No las tengo japonesas. Más lotengo de artistas occidentales, como el escultor Jaume Plensa o el pintor Joan Hernández Pijuan. Miro más al arte, a los artistas, aunque

trabaje con barro, con cerámica.

El día 26 expone en Tokio. ¿Va como artista cordobesa?

Yo me considero como tal. Estoy orgullosa de poder representar a Córdoba.

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